Carta de perdón de la reina Isabel

Espagnol Nov 23, 2025

Carta de perdón de la reina Isabel

a Pedro de Escavias (1498)

Las cartas de perdón otorgadas por los reyes, al señalar precisamente la naturaleza y circunstancias del delito que absuelven, aportan una información de primera mano sobre los usos y comportamientos y, más generalmente, sobre las relaciones sociales del momento histórico. En algunos casos, como este que comento aquí, nos proporcionan una información insospechada sobre el personaje concernido.

Pedro de Escavias es hijo de Francisco de Escavias y nieto de Pedro de Escavias, alcaide y alcalde mayor de Andújar, poeta y autor del Reportorio de Príncipes de España (ca 1415-post 1488). La carta otorgada por la reina Isabel en 1498 relata con estas palabras el delito que había cometido:

Puede aver quatro años o poco mas o menos que vos, byviendo con el comendador mayor de Leon seruiendole de paje, seyendo moço de poca hedad e con poco saber tomastes e llevastes çierta plata de casa del príncipe don Juan, mi hijo que santa gloria aya, e que despues vos la tornastes e rrestituystes e que por ello los alcaldes de mi corte por mi mandado vos desterraron de la dicha mi corte en çinco leguas en derredor por quanto mi merçed e voluntad fuese […]

El delito podría pasar por una gamberrada si la sanción pronunciada no fuera tan fuerte ya que sus efectos se inscriben en el tiempo sin que se fije más plazo que el que considere la voluntad real. La decisión judicial equivale a un despido definitivo de la corte, concretamente a un alejamiento radical con respecto a los reyes y a sus familiares y colaboradores. Más grave aún, la pena aplicada relega al joven al nivel del criado malo, figura tópica en la Baja Edad Media, donde no se perdona la traición de una persona de confianza dentro del contexto doméstico. Su estatuto no le pone a salvo de tan severa disposición. Tampoco le vale la protección del comendador de León, a pesar de la situación privilegiada que este ocupaba cerca de la reina desde años atrás, a menos que sirviera para atenuar el rigor de la sentencia que pudo ser peor. El culpable parece haber asumido solo las consecuencias de su delito, sin que recibiera la ayuda de sus padres, de los que no se hace mención, a pesar de ser mozo de pocos años.

La presencia en la corte del joven Pedro de Escavias en la casa de tan alto personaje como Gutierre de Cárdenas, comendador de León de la orden de Santiago, resulta bastante enigmática. Dudo que se deba al estatuto social de su padre, cuya influencia no se sentía más allá del territorio de Andújar. Habrá que buscar la explicación en la voluntad de un protector que quiso recompensar los servicios que rindió esa familia a su linaje favoreciendo una posible carrera política de su único varón y heredero designado. Parece repetirse el proceso del que se benefició el abuelo y homónimo, quien fue paje del rey Juan II, sin duda por iniciativa del Infante Enrique, maestre de Santiago, en aquellos años, señor de Andújar. En este caso, sospecho la mano de la condesa Isabel de Torres, viuda del condestable Miguel Lucas de Iranzo, que acompañó y sostuvo a la infanta y futura reina Isabel, la cual la recompensó con varias mercedes cuando accedió al trono. La condesa siempre estuvo agradecida a Pedro de Escavias senior por la ayuda permanente que prestó a su linaje en momentos del reinado de Enrique IV en que el condestable corría graves peligros. No parece descaminado pensar que recomendó al joven a la reina y que esta le asignara como marco de vida la casa de Gutierre de Cárdenas. El comendador era hombre de máxima confianza de la pareja real en cuya unión secreta tuvo una parte decisiva. Luego fue nombrado mayordomo mayor del príncipe don Juan, al que sus hijos sirvieron de pajes. La casa del comendador mayor resultaba ser lugar ideal para que el joven andujareño pudiera familiarizarse con la vida de corte a través una relación cuotidiana con los hijos de los mayores linajes del reino[1].

Después de sufrir esa pena durante cuatro años, Pedro de Escavias solicitó el perdón real, que le fue concedido el 25 de julio de 1498:

E yo para bos fazer bien e merçed tove lo por bien e por la presente vos doy por libre e quito de qualquier pena que por lo suso dicho ayais avido e yncurrido […] e vos rrestituyo en vuestra buena fama yn yntegrum segund que lo estauades antes e al tienpo que por vos fue fecho lo suso dicho…

La anulación de la pena y la completa restauración de la fama de Pedro de Escavias es ciertamente una buena noticia, para el joven como para su linaje, y le permite reintegrar la casa de su protector, como lo confirman los documentos que dio a conocer Enrique Toral y que reproduzco aquí (Pedro de Escavias, p. 51)[2]:

Martin Salinas contino de nuestra casa.

Nos vos mandamos que de qualquier maravedís de vuestro cargo dedes y paguedes a Françisco de Escavias e a Pedro Sanchez de Carvajal vecinos de Andujar o a quien su poder oviere doce mil maravedís … de los acostamientos que de nos tienen … y los han de haber de todos los pasados … en esta manera:

el dicho Francisco de Escavias, tres mil maravedís y el dicho Pedro Sanchez Carvajal, nueve mil maravedís

Los dos destinatarios que, según Enrique Toral, recibían esa cantidad por haber mantenido unas lanzas de acostamiento con 12.000 maravedis durante la Guerra de Granada, dan poder a su hijo y sobrino para que la cobre en nombre suyo:

Yo Pedro dEscavias, fijo de Francisco dEscavias, incluido en esta cédula del Rey y de la Reyna nuestros señores, por virtud del poder de dicho Francisco dEscavias e Pero Sanchez de Carvajal, y en nombre de Diego de Cordoba, vecino de la ciudad de Jaen, conozco que recibo de vos, Martin de Salinas, contino de sus Altezas los doce mil maravedís. Fecho en la muy noble ciudad de Toledo a diez y nueve días de julio de mil y quinientos y dos años.

La localización de la firma de Pedro de Escavias en Toledo confirma su pertenencia a la casa de Gutierre de Cárdenas, ya que en ese reino el ministro tenía su feudo: había nacido en Ocaña y en 1503 fundaría un mayorazgo con Maqueda como cabeza.

Unos meses más tarde muere Gutierre de Cárdenas. Le sucede como contador mayor Alvaro de Portugal [o de Braganza]. Quizás sea por ello por lo que Enrique Toral afirma que en el documento de su padre y de su tío se dice que Pedro de Escavias era “criado de don Alvaro de Portugal”, afirmación imposible de averiguar porque no transcribe el pasaje correspondiente. Es muy posible que cometa una confusión, ya que, en julio de 1502, Gutierre de Cárdenas seguía en vida, por consiguiente, debió escribir que Pedro de Escavias era el criado de este. La confusión se debe quizás a que, entre los varios cargos que ejerció el portugués, estaba el de alcaide de Andújar. Además, los dos personajes mueren en fechas muy próximas: Gutierre de Cárdenas, el 7 de octubre de 1503, y Alvaro de Portugal, el 31 de enero del mismo año. Esa duda no se podrá aclarar mientras no se disponga del texto completo de los documentos referidos por Enrique Toral.

Referencias documentales

Carta de perdón de la reina Isabel, RGS VII-1498 – 144.

Salazar, Blas de, Arbol histórico del antigüedad, nobleza del linaje de los caballeros del renombre y apellido de Escabias¸ en Granada, domingo de la Santísima Trinidad, veinte y dos de mayo de mil y seiscientos y treinta y tres años, fol. 66 [manuscrito].

Toral Peñaranda, Enrique,

     – Pedro de Escavias (Notas para un estudio de su obra y vida en Andújar). Jaén, Instituto de        Estudios giennenses, 1993.

     – Andújar en el siglo quince, Alcalá la Real MMIX.



[1] Esta hipótesis me resulta hoy más probable que la que propuse en la edición del testamento de Pedro de Escavias (p. 94, n. 37).

[2] Don Enrique no precisa el paradero de esos documentos, por lo que no puedo colmar las lagunas que dejó en su transcripción.