Pedro García Cabrera para celebrar el nacimiento de nuestro hijo, Patrice

Los Cristianos, 3-VII-67

Del amigo y poeta Pedro García Cabrera para celebrar el nacimiento de nuestro hijo, Patrice.

 

M. Miguel et Michèle

Queridos amigos: llegué aquí anteayer. Hoy he terminado el poema prometido. Helo aquí:

 

            Bienvenido, Patrice

Yo ya te había visto mucho antes de nacer

retozando en los ojos de tus padres,

aquí mismo, en la isla

que ama sus volcanes,

esperando que el fuego

pueda darle

un hijo con la voz de la ternura.

Sí, ya estas montañas,

redondas como el vientre de tu madre,

te pensaban, Patrice, y la mar disponía

su moisés de olas

para acunar tu llanto y tu sonrisa.

La mar, que no pronuncia una palabra,

que es toda ritmo, gesto y aleluya,

rostro de fuerza y sangre de rumores,

se arrulla en ti, contigo se debate

como si fuera un pájaro en su nido.

¡Qué pena que no sean estos versos

carne de entendimiento,

cuando aún no sabemos que existen las distancias

y todo se nos entra por los ojos!

¡Qué pena que un poema

no camine hacia atrás

y antes que signos vuelva a ser objetos;

alas, manos, espíritu, juguete,

hermano de los mares y de los bosques,

del aire sin fronteras que todos respiramos,

cuando el mundo es tan sólo la redondez de un seno!

Contigo irán creciendo el viento en los pinares,

las aguas que te viven en los hombros de un río,

la caricia del día bajo soles amantes.

Pero aquí estás sin tiempo, en medio de los mares,

Meciéndote en la cuna de una isla

En que ya sonreías antes de ser Patrice.

Pedro Cabrera, con un abrazo

Los Cristianos, 3-VII-67